martes, abril 04, 2006

Volvemoh' a lah' andadah' !

El casu es que el otro dia me dio por escribir esa... eso de el post anterior, porque habia estado leyendo a Bécquer. El hombre era un genio, tiene una para cada momento! Ahora mismo sean quiza estas dos las mas adecuadas a mi estado de animo... y tampoco estoy para escribir yo.


RIMA XLII
Cuando me lo contaron sentí el frío
de una hoja de acero en las entrañas,
me apoyé contra el muro, y un instante
la conciencia perdí de donde estaba.
Cayó sobre mi espíritu la noche,
en ira y en piedad se anegó el alma,
¡y entonces comprendí por qué se llora!
¡y entonces comprendí por qué se mata!
Pasó la nube de dolor... con pena
logré balbucear breves palabras...
¿Quién me dio la noticia?... Un fiel amigo...
Me hacía un gran favor... Le di las gracias.


Esta otra es una de las mas tristes que he oido nunca; no es la primera vez que alguna me la oirá/leerá nombrar:

RIMA LXXIII

Cerraron sus ojos
que aún tenía abiertos,
taparon su cara
con un blanco lienzo,
y unos sollozando,
otros en silencio,
de la triste alcoba
todos se salieron.

La luz que en un vaso
ardía en el suelo,
al muro arrojaba
la sombra del lecho;
y entre aquella sombra
veíase a intérvalos
dibujarse rígida
la forma del cuerpo.

Despertaba el día,
y, a su albor primero,
con sus mil rüidos
despertaba el pueblo.
Ante aquel contraste
de vida y misterio,
de luz y tinieblas,
yo pensé un momento:

—¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!

*

De la casa, en hombros,
lleváronla al templo
y en una capilla
dejaron el féretro.
Allí rodearon
sus pálidos restos
de amarillas velas
y de paños negros.

Al dar de las Ánimas
el toque postrero,
acabó una vieja
sus últimos rezos,
cruzó la ancha nave,
las puertas gimieron,
y el santo recinto
quedóse desierto.

De un reloj se oía
compasado el péndulo,
y de algunos cirios
el chisporroteo.
Tan medroso y triste,
tan oscuro y yerto
todo se encontraba
que pensé un momento:

—¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!

*

De la alta campana
la lengua de hierro
le dio volteando
su adiós lastimero.
El luto en las ropas,
amigos y deudos
cruzaron en fila
formando el cortejo.

Del último asilo,
oscuro y estrecho,
abrió la piqueta
el nicho a un extremo.
Allí la acostaron,
tapiáronle luego,
y con un saludo
despidióse el duelo.

La piqueta al hombro
el sepulturero,
cantando entre dientes,
se perdió a lo lejos.
La noche se entraba,
el sol se había puesto:
perdido en las sombras
yo pensé un momento:

—¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!

*

En las largas noches
del helado invierno,
cuando las maderas
crujir hace el viento
y azota los vidrios
el fuerte aguacero,
de la pobre niña
a veces me acuerdo.

Allí cae la lluvia
con un son eterno;
allí la combate
el soplo del cierzo.
Del húmedo muro
tendida en el hueco,
¡acaso de frío
se hielan sus huesos...!

* * *

¿Vuelve el polvo al polvo?
¿Vuela el alma al cielo?
¿Todo es sin espíritu,
podredumbre y cieno?
No sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
algo que repugna
aunque es fuerza hacerlo,
el dejar tan tristes,
tan solos los muertos.



Está claro que para ganar hay que ser el primero. Y los tontos nunca ganan! :'(

sábado, abril 01, 2006

Se acabo! :-) :-D

Olvidos
¡Cuantas veces trate de olvidarte!
Pensaba "no es mía" y lloraba.
¡Cuántas veces quise yo escaparme
del olor de tu pelo en mi almohada!

Ahora, lo he conseguido;
tu historia está superada.
Te he relegado al olvido,
la mas profunda hondonada
donde los sueños que fueron
fugaz verdad inventada
por un corazón que ciego
soñarlos desesperaba
van volviendo a lo que son:
ficción absoluta; ¡Nada!


Weno, esta en pequeñito porque la última vez que me dio por escribir algo asi lie una muy parda... jejeje. ¡En fin! Nunca pense en decir esto, pero es una liberación poder olvidarse a veces de las cosas. Por supuesto, de parte de las cosas, porque excepto en lo que respecta a cierto asunto, todo va a seguir igual que siempre, eh? :-D que supongo que es lo que tiene q pasar.

Confieso que no lo he conseguido solo, y que alguien ha tenido que ver en este cambio; pero
es algo sobre lo que creo que no puedo hacer nada, a la vez que no puedo evitar las enormes ganas de hacer algo. Y a la vez, el miedo a fallar... no se, estoy hecho un lio, no se que es lo que tengo que hacer, pero mas de una vez me han dicho que el que no arriesga no gana. Es una buena premisa.