sábado, noviembre 17, 2012

Y yo a ti.


Mucha suerte con lo que hagas, cariño.

Sinceramente, creo que te estas equivocando de cabo a rabo. No ya por ti (que por supuesto) ni por mi, que también, sino por las terceras cuartas o quintas personas implicadas. No tiene ningun sentido eso que has hecho, creo que te has pasado tres pueblos de la raya de lo que es moralmente lícito hacer y lo que no. Y llegaste al cuarto pueblo cuando despues de eso, viniste aqui, me contaste una bola tremenda, le escribiste un mensaje desde mi propio ordenador y dormiste abrazandome. Eso no tiene nombre...
Y menos si te dejas la sesión abierta en mi ordenador y en mi movil, y leo "hacer el amor".

Piensalo, y piénsalo mucho, porque puedes destrozar muchas cosas. No ya que lo suyo funcione o deje de funcionar o no, con su mujer... Qué quieres, ¿ser otra Iasone? Acuerdate de que yo también era EL chico, y que ibamos a tener muchos hijos, y demás... Y a mi me daba miedo que una cosa tan pequeña y tan bonita me quisiera tanto, porque yo voy más despacio; voy siempre lento, pero voy seguro. Y me lo creí, y quise que fuera verdad. Y mataría por volver a sentir aquella sensación, en la que por las mañanas me abrazabas y lo primero que hacíamos era el amor, y nada más importaba en el mundo. Mataría porque eso hubiera evolucionado como debía, que hubieramos crecido juntos y pudieramos compaginar esa pasión con las cosas prácticas de la vida.

Pero tú no quieres crecer, y no sabes nada de practicidades. Sólo sabes vivir de pasiones. Eso te hace ser tan bonita como eres, y que aplicado al arte tengas un éxito que a veces haya quien no entiende. Porque para apreciarte, hay que conocerte. Yo siempre creí que con el tiempo evolucionarías, en todos los aspectos. Y has evolucionado, pero exagerando todas tus facetas. Te has hecho más independiente, y has aprendido no dar más importancia que la justa a lo que la gente piense o diga de ti. Pero en algún aspecto, la chica de quince años de la que me enamoré era más madura que tú.

Si para tan "artista" o "bohemia" o "libre" o "guay" o como quiera que te consideres ahora, tienes que seguir por el camino en el que te estás metiendo, llegando a faltar al respeto a cosas tan importantes como lo que une a dos personas que se han casado y tienen hijos en común, despreciar lo que tenemos, lo que hemos tenido tu y yo, hasta el punto de mentirme como respuesta a una pregunta directa; si tienes que satisfacer cada instinto del momento sin dar importancia a las consecuencias que puede tener en un futuro porque no sabes planificar y quieres vivir en tu cuento de hadas en el que todo le sale bien a la princesa y los demás personajes no importan... tu misma.

Si para bailar tienes que hacer eso, que venga alguien y borre la danza del mundo. Y que me devuelvan a mi princesita, a la chica de preciosos ojos marrones que en una playa intentaba besarme y yo me quitaba. Juro que si vuelve, lo último que haré es apartarme, y la estrecharé tan fuerte contra mí que no podamos respirar, y mantendré ese abrazo aunque me diga que ha quedado para ir "de fiesta", y guardaré su sonrisa de aquel día en algún lugar de la memoria donde nunca nada ni nadie pueda borrarla.

Guardaré en la misma cajita todas las cosas buenas que nos han pasado, todas las noches en San Martin viendo películas y quedándonos dormidos, todos los gritos de cien valkirias en aquella habitación blanca. Todos los los despertares en mitad de la noche con un gnomo de pies helados intentando abrazarme aún mas fuerte en sueños. Las ensaladas con caritas, los yogures griegos de postre. Los mensajes a deshoras, y las visitas de madrugada en tu casa al acabar un trabajo. Quiero quedarme con tus besos con mordisquito, con las cenas por ahí, con bañarme en la playa después de verte corretear desnuda. También con los viajes en coche en los que te dormías con los pies en el salpicadero y podía verte dormir. Con verte dormir, uno de los mejores pasatiempos que he conocido. Con esos ojillos a medio desmaquillar de las mañanas de los sábados. Con los masajes y tu cara de gusto cuando estabas cansada, y de disgusto cuando te los pedía yo. Con ese culete magnético que atraía, y aún sigue atrayendo, irremediablemente a mis manos. Con las meteduras de pata, y las preguntas graciosas de burrilla que a veces me haces, y con la carita de vergüenza con la que las haces. Con tu risa. Hacerte reir es lo mejor de todas las cosas que te he hecho. Más aún, hacerte reir cuando estás enfadada y ver la sonrisilla que se asoma y cómo intentas reprimirla. Esa misma sonrisa, que se te está escapando ahora mismo.

No sé si te acuerdas de una carta (clara referencia) que leímos, donde el chico le deseaba a ella que se quedara con los malos recuerdos mientras él se quedaba con los buenos. Yo no pienso decirte eso. Quiero que te quedes también con los buenos, que los guardes conmigo. De hecho, lo que más deseo es que algún día te des cuenta de lo que eran, de lo que són, y que los recuperemos, o que los ampliemos. Parece difícil, con el rumbo que están tomando las cosas, pero quién sabe, igual en otro momento de nuestras vidas. De momento te voy a desear todo el éxito del mundo, que seas todo lo feliz que puedas, y te voy a dar un consejo: para conseguirlo, cambia de táctica. Sal de fiesta, baila, follate a todo lo que te de la gana, busca mil amores y mil pasiones que te llenen ese corazoncillo inquieto que tienes. Y cuando te canses, y busques una de verdad, búscame. A lo mejor sigo en el mercado. Pero ahora, deja de hacer el gilipollas...



Un beso muy grande detrás de la oreja, ya sabes como digo. Soltando suave el aire calentito y que te haga cosquillas. Cuídate mucho. Te quiero.

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